Esto es pa' todos esos días donde llueve dentro, donde las horas pasan, pero el dolor no encuentro.
Ella fue un fuego, yo un alma de madera, la chispa se encendió y consumió mi bandera.
Las noches eran largas y el amor, un espejismo, me dejaba caer sin red al abismo.
Recuerdo cuando decía que todo era eterno, ahora el eco de sus palabras suena hueco y enfermo.
Yo era su sombra y ella mi amanecer, jugando en mis sueños, la dejé florecer.
Noche sin dormir, pensando en que fallé, un laberinto sin salida que en su nombre llamé.
Ella fue mi musa, la tinta en mi papel, pero al final, cada verso me supo a hielo.
La vida da golpes, pero este me dolió, no hay palabra que cure lo que ella rompió.
Hoy mira hacia adelante, con el peso en los hombros, me levanto y camino aunque el alma esté en escombros.
Los amigos dicen \"olvida el tiempo sana\", pero no entienden que por mi vida pasó La Dana.